Javier Sancho Durán

Los futuros

Los futuros son un tipo de instrumento derivado, es decir, un producto financiero cuyo valor se basa en el precio de otros activos. Junto con las opciones, son uno de los derivados más conocidos.

Índice

1. ¿Qué son los futuros?

1.1. Definición de futuro

Los futuros son contratos entre dos partes en que estas se comprometen a realizar la compraventa de un activo en una fecha posterior determinada. El precio se pacta en el momento de suscribir el contrato, en un momento muy anterior a la fecha en que se realiza la compraventa. El activo que se compra (y que se vende) se denomina activo subyacente. Los futuros son un producto derivado de este activo.

1.2. Un poco de historia

Aunque hay antecedentes muy anteriores, el origen moderno de los contratos de futuros se suele situar hacia mediados del siglo XIX en Estados Unidos. En esa época, Chicago se convirtió en un centro de distribución de productos básicos de la región. Debido a su situación geográfica, muchos agricultores se desplazaban hasta allí para comerciar con sus productos (trigo, maíz, algodón, etc.).

Los productos agrícolas suelen ser perecederos. Además, son estacionales y la oferta está muy expuesta a factores ambientales, como la distribución e intensidad de las lluvias o las plagas. Como consecuencia, los precios solían oscilar. Cuando estaban muy bajos, muchos agricultores se veían obligados a tirar sus productos porque no los podían vender allí y tampoco les compensaba transportarlos hasta otra ciudad.

Para solucionar este tipo de disfunciones, un grupo de comerciantes creó una organización que se acabó convirtiendo en el Chicago Board of Trade (CBOT). También impulsaron los denominados «to-arrive contracts», un precedente de los futuros. Los comerciantes del CBOT actuaban como intermediarios en la compraventa. Gracias a estos contratos, los agricultores podían planificar mejor el almacenamiento del producto sin tener que ir hasta Chicago para volver luego con las manos vacías.

Muy pronto vieron que comerciar con estos contratos resultaba más práctico que comerciar con las materias primas.

En el siglo XX se incorporó la cámara de compensación, como protección contra los incumplimientos de contrato.

En 1972 aparecieron en el Chicago Board of Trade los futuros financieros: contratos de futuros en los que el activo subyacente ya no era una materia prima (trigo, cereal, petróleo, oro, etc.), sino productos financieros (acciones, bonos, divisas, etc.).

También se fundaron mercados de futuros en otros lugares del mundo, tanto dentro como fuera de Estados Unidos.

2. Características de los futuros

Para entender este producto financiero es necesario estar familiarizado con algunas de sus características básicas.

También conviene tener presente que los futuros son muy similares a los forwards, otro derivado del que hablaré en otro artículo. De todos modos, muchos de sus rasgos son opuestos: los forwards y los futuros son la cara y la cruz de la misma moneda.

2.1. Los futuros son productos normalizados

Las partes que suscriben un contrato de futuros no tienen demasiada libertad para pactar los detalles de lo que intercambian. De hecho, el comprador y el vendedor solo pueden decidir el precio. El resto de las condiciones vienen determinadas por el mercado organizado en el que operan los futuros: el activo subyacente, el número de unidades de dicho activo, la fecha de vencimiento del contrato, etc.

Entre las características que establece el mercado de futuros, destaca el tamaño del contrato. Si un contrato de futuro tiene como activo subyacente mil barriles de petróleo, quien compre futuros tendrá que comprar esa cantidad. Podrá adquirir un futuro por mil barriles o dos futuros por dos mil, pero no podrá operar con quinientos ni con mil quinientos.

En este sentido, los contratos a plazo o forwards son más flexibles, aunque tienen otros inconvenientes.

2.2. Los futuros operan en mercados organizados y públicos

Las partes que suscriben el contrato de futuros están obligadas a comunicar al mercado la transacción. Los precios quedan registrados, son públicos y se pueden consultar incluso por Internet.

Operar en un mercado organizado tiene una serie de consecuencias:

2.2.1. La cámara de compensación

En el caso de los futuros, la participación en un mercado organizado está sujeta a una herramienta especialmente interesante: la cámara de compensación (clearing house).

La cámara de compensación es un organismo vinculado al mercado de futuros en cuestión. Actúa como intermediario entre todos los inversores que operan en dicho mercado. En concreto, garantiza que, si una de las partes que negocia con el futuro obtiene beneficios, los cobrará independientemente de la solvencia de la otra parte.

2.2.2. El margen y el apalancamiento

Los mercados de futuros operan con un requisito mínimo de inversión, denominado margen o garantía. Es un depósito que el operador realiza con una cuenta que mantiene en el mercado como muestra de buena fe. Cada mercado establece un margen inicial (initial margin requirement) y un margen de mantenimiento (maintenance margin requirement), por debajo del cual no se puede situar la cuenta.

Por tanto, cuando se compra un futuro, no hay que pagar todo el contrato. Basta con pagar esta garantía. Esto significa que los futuros son un producto con apalancamiento. Quien invierte en futuros puede perder (o ganar) mucho más dinero que el que paga en un principio. Por este motivo, son productos poco recomendables para inversores sin formación financiera.

¿Los futuros implican un desembolso inicial a la otra parte?
Ni en los futuros ni en los forwards se paga nada en un principio a la parte vendedora. En el caso de los futuros, no obstante, se tiene que depositar el margen que se acaba de citar. Este va destinado a la cámara de compensación y no a la parte vendedora.
Conviene tener este aspecto claro, ya que es una de las diferencias de los futuros y de los forwards respecto a las opciones. En estas sí se paga una prima al vendedor.

2.2.3 La liquidación diaria (marking to market)

La cámara de compensación actúa como intermediaria de las transacciones. Esto significa que es la compradora de todos los vendedores y la vendedora de todos los compradores. De este modo, garantiza que todos los contratos se cumplen.

Para reducir riesgos de impagos, aplica un mecanismo diario por el que el valor de los contratos se ajusta al mercado (is marked-to-market). Este procedimiento se denomina liquidación diaria (en inglés, daily settlement o marking to market).

Cada día se fija un precio de liquidación de los futuros (settlement price), que se utiliza como referencia para determinar las ganancias y pérdidas diarias. Este precio representa la media de las últimas operaciones del día. Cada mercado establece la forma de calcularlo, pero no conviene tomar únicamente el último precio del día para evitar desviaciones o incluso intervenciones intencionadas de los operadores.

El precio de liquidación permite saber si los inversores tendrán que depositar un margen adicional. Cuando las pérdidas sean tales que el margen depositado quede por debajo del margen de mantenimiento, deberán depositar un margen adicional que permita alcanzar el margen inicial. No basta con alcanzar de nuevo el margen de mantenimiento, que suele ser inferior. Este margen adicional se denomina margen de variación (variation margin).

Cuando el mercado solicita el depósito de este margen adicional, la petición se denomina requerimiento de margen (margin call).

 

2.3. Los futuros también se caracterizan por su liquidez (relativa)

La homogeneización de los contratos y el hecho de que se negocien en mercados formales  tiene sus consecuencias.

Los futuros son productos más definidos  que un contrato entre dos partes. También ofrecen más garantías. Por tanto, por regla general, habrá más personas dispuestas a negociar con ellos. Por este motivo, se suele considerar que un futuro es más líquido que un forward.

Esto implica que también será más fácil cerrar una posición abriendo la contraria (lo que en inglés se conoce como offset). Este tipo de movimientos, muy habituales en los futuros, presentan muchos más problemas en los forwards, con los que es más difícil operar tras haber suscrito el contrato.

De todos modos, lo de la liquidez debe matizarse. Que los futuros presenten características que favorecen su liquidez no implica necesariamente que sean líquidos. Esto dependerá de la oferta y la demanda de cada tipo de futuro en cada mercado.

3. ¿Entrega o liquidación en efectivo?

Como se ha explicado más arriba, un futuro no es más que un contrato de compraventa. Una parte se compromete a pagar un precio que se acuerda al firmar el contrato. La otra parte se compromete a entregar el activo subyacente en una fecha determinada. El futuro, por tanto, finaliza con la entrega (physical delivery). O, al menos, era así en un principio.

En la actualidad, como los futuros se han convertido en un instrumento de inversión, ya no funcionan siempre de este modo. Existen futuros que finalizan con la entrega y otros que finalizan con una liquidación en efectivo (cash settlement). El comprador (long) y el vendedor (short) no intercambian el trigo, sino la diferencia entre el precio pactado por el trigo y el precio al que este cotiza en la fecha acordada para la entrega en el mercado de futuros.

Es el mercado de futuros, como mercado organizado, quien define qué futuros finalizan con la entrega y cuáles con una liquidación en efectivo.

4. El cierre de la posición para liquidar el futuro (offsetting)

¿Y qué sucede si invierto en un futuro con entrega física? ¿Acabaré con media docena de barriles de petróleo en el trastero? No es imposible, pero lo normal es cerrar la posición abriendo la posición inversa. Es decir, si hemos comprado un futuro sobre media docena de barriles de petróleo, venderemos otro idéntico (por el mismo precio y para la misma fecha de vencimiento). De esta manera, las dos transacciones se anularán entre sí. Habremos convertido un futuro con entrega física en un futuro con liquidación en efectivo. En inglés, este sistema de liquidación de las operaciones se denomina offset.

5. Algunos tipos de futuros financieros

Existen varios tipos de futuros. Algunos de ellos operan con materias primas. Otros tienen como activos subyacentes productos financieros.

Por poner algún ejemplo, destacaremos los siguientes futuros financieros:

5.1. Futuros sobre tipos de interés (interest rate futures)

Se trata de futuros sobre instrumentos de renta fija, ya sean bonos o depósitos interbancarios. Proporcionan cobertura frente a la volatilidad de los tipos de interés del activo subyacente, pero también se pueden usar para especular.

5.2. Futuros sobre divisas (currency futures)

Son los primeros futuros financieros que se crearon, en 1972. Al comprar un futuro de este tipo se adquiere el compromiso de pagar una suma concreta en una divisa a cambio de otra suma concreta en otra divisa en una fecha del futuro, con independencia de cuál sea la cotización de dichas divisas en ese momento.

5.3. Futuros sobre índices bursátiles (stock index futures)

No solo es posible negociar futuros sobre acciones, también se puede operar con futuros que tengan como activo subyacente un índice de una determinada bolsa. En este caso, no obstante nunca se producirá la entrega efectiva del índice. Se pacta una liquidación en efectivo.

Fuentes

CFA Institute. Derivatives and Alternative Investments. CFA Program Curriculum. Level I. Volume 6. Pearson, 2012

FAUS, Josep y RAHNEMA, Ahmad. Cómo interpretar la prensa económica y financiera. Guía práctica para la lectura de las páginas de economía. (2.ª edición). Bilbao: Ediciones Deusto, 2001

Imágenes

Garry Knight (licencia Creative Commons), Rant 73, cea + (licencia Creative Commons), Alex Knight, Stuart Guest-Smith, Miriam Espacio, Robert Alves de Jesus

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